El síndrome de congestión pélvica se caracteriza por la presencia de dolor pélvico crónico acompañado de venas dilatadas e irregulares en la zona de la pelvis, glúteos, muslos y, en algunos casos, en los genitales externos.
Esto ocurre cuando las venas de la pelvis (la mitad inferior del abdomen) dejan de funcionar bien, debido a la acumulación de sangre dentro de ellas haciéndolas crecer de manera irregular provocando dolor o malestar pélvico crónico.


¿Cuáles son los signos y síntomas del síndrome de congestión pélvica?
Se trata de un dolor pélvico de las siguientes características:
- Generalmente se percibe como un dolor sordo, aunque en ocasiones puede ser agudo o punzante.
- Persiste por más de seis meses.
- Dolor focalizado en un lado o en ambos de la pelvis de manera constante o intermitente
- En muchos casos, se irradia hacia los genitales externos y los muslos.
- En las mujeres, aumenta el dolor durante el período, durante o después de las relaciones sexuales; comienza durante o después del embarazo y empeora con cada embarazo adicional.
¿Cuáles son las causas?
Existen diversos factores que influyen en su desarrollo, entre ellos:
- Estilo de vida
- Las hormonas también pueden contribuir a que las venas se ensanchen.
- Antecedentes familiares de problemas en las venas y antecedentes de embarazos múltiples.
- Aumento del flujo de sangre a la pelvis durante el embarazo
Es importante acudir a una valoración con un especialista en angiología, quien podrá recomendar el tratamiento más adecuado según cada caso. Entre las opciones se encuentran:
- Tratamiento farmacológico.
- Embolización.
- Escleroterapia.

Dra. Liver Medrano Sánchez